Estaba su caché por los suelos. Tan solo
algunos nostálgicos que le habían conocido en sus mejores tiempos habían
acudido al coliseo por inercia. Convertido en un muerto de hambre, una
piltrafa, un verdadero muñeco de trapo, mendigaba cualquier contrato, cualquier
mendrugo que le permitiera seguir tirando. Pero no todos estaban dispuestos a
resignarse. Cuando subió al escenario, más desaliñado y derrotado que nunca, el
muñeco le introdujo disimuladamente su mano por la espalda y la boca del
ventrílocuo comenzó a moverse mecánicamente. «I Will have to
kill or steal…». El muñeco lo miró
contrariado, dejó de mover su mano y se encaró a la concurrencia. Una voz
pareció salir de bambalinas: «…pero a Dios pongo por testigo de que jamás
volveré a pasar hambre».
2º Premio en el certamen de "Esta no es tu voz" de Escritores en Rivas con fecha 23.01.20, donde escenifiqué el relato haciendo también de ventrílocuo y donde tuve el placer de conocer gente especialmente interesante, como Ingrid Elwes (vestida de rojo), con una voz y cualidades para el doblaje sencillamente espectacular, y donde volví a coincidir en el escenario con el "maestro" Ángel Saiz.
1 comentario:
Muchas felicidades, un gran micro. Me hubiese encantado escucharte, ya sabes que soy muy fan de tus locuciones.
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